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La naturaleza fractal de la educación virtual (página 2)



Partes: 1, 2

LA
VIRTUALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN

En el habla frecuente, lo virtual suele expresarse como
contrapuesto a lo real. Pero, en términos cognitivos la
virtualidad va más allá de lo imaginable,
"corresponde a una transformación de los procesos
mediante los que se aprende, constata (anota) y explica el mundo;
procesos que están en sintonía y dependencia con el
nivel de desarrollo de
los medios
tecnológicos del actual momento histórico." Sobre
el fenómeno de la virtualización, la obra de Pierre
Levy, ¿Qué es lo virtual? (Levy, 1998), hace un
pormenorizado recorrido por la historia semántica del término como base para
ejercer un proceso de
comprensión del fenómeno de lo virtual. A su
juicio, "…lo virtual, en un sentido estricto, tiene poca
afinidad con lo falso, lo ilusorio o lo imaginario. Lo virtual no
es, en modo alguno, lo opuesto a lo real, sino una forma de ser
fecunda y potente que favorece los procesos de creación,
abre horizontes, cava pozos llenos de sentido bajo la
superficialidad de la presencia física inmediata."
(Levy, 1998).

En términos aristotélicos, lo virtual es
lo potencial, es decir, aquello que puede ser, pero que
todavía no es. Como Levy ejemplifica, el árbol
está virtualmente en la semilla. Bajo ese sentido,
lo virtual no es lo contrario a lo real, como lo afirma el lenguaje
común, sino una forma de ser de lo real, un momento en el
proceso de extensión con el que la realidad se desarrolla.
Resulta así, que la virtualización es un
fenómeno dinamizador de la realidad, "…uno de los
principales vectores de
creación de realidad." (Levy, 1998).

Siguiendo al autor, lo virtual conjetura una
reconversión de las coordenadas clásicas de espacio
y tiempo por un
sistema donde las
mismas, o han desaparecido, o más bien, se han
virtualizado. Por ejemplo, en la educación, la
estructura
espacial clásica del aula se "vaporiza" para entrar en una
especie de aula simulada e ilimitada, donde el espacio se recrea
como una realidad de simulación, virtual. Además, se
rompe la estructura del tiempo; un curso deja de impartirse en un
período, en un horario determinados; el proceso de estudio
y consulta de los materiales se
relativizan, como la tutoría por parte del profesor o
el trabajo en
grupo con
otros compañeros; en la realidad
virtual se realizan fuera del marco temporal, en un sistema
donde el tiempo y el espacio se ha virtualizado,
adaptándose a nuestras demandas de flexibilidad y
accesibilidad. Sin embargo, aún con la pérdida del
contacto físico, se puede dar una interacción muy activa y enriquecedora de
la que brinda una clase
tradicional, considerando las variadas alternativas de comunicación síncrona y
asíncrona.

En estas condiciones, "la era de la información y el mundo interconectado
están obligando a los educadores a replantearse la
experiencia educativa. Se está haciendo evidente que el
valor
añadido del «futuro basado en le conocimiento» será un entorno
educativo que desarrolle y promueva la capacidad para pensar y
aprender de forma autónoma y al tiempo conjunta. Es decir,
que promueva a los estudiantes críticos y autoorientados
motivados y capaces tanto para la reflexión como para la
cooperación. Motivados también para seguir
aprendiendo a lo largo de la vida." (Garrison y Anderson, 2005).
Bajo estos preceptos, la EV, como tarea comunicativa, organizada
en niveles semejantes a la
organización fractal, será eficaz y desafiante,
si se sujeta a la resolución conjunta de problemas, que
dependerá de la medida en que los participantes
desarrollen unas base sólidas de comprensión
común, compartiendo sus recursos
individuales de conocimiento, y es probable que el éxito
de su actividad conjunta dependa de lo bien que establezcan unas
reglas básicas compartidas para trabajar
conjuntamente.

Como vemos, lo virtual representa el paradigma
dominante en el mundo actual respecto a otras formas de
expresión humana. Esto es trascendente y de
consideración para el ejercicio educativo, pues representa
el parangón donde construir una práctica
consciente.

Resulta así afirmada como definición
operativa de lo virtual, "el modo de representar,
organizar y transmitir el producto del
ejercicio de la función
simbólica que los humanos realizamos. Por
contraposición a otros medios, el virtual se define como
altamente interactivo, lo que elimina la pasividad del espectador
que otros medios, como la
televisión, presentan." (Quirós,
2001)

En su prolongación pedagógica, la
virtualidad va mas allá que "la utilización de la
nuevas
tecnologías en educación no es
predecible ni mecánica. Viene impulsada por el proceso,
es dinámica y evoluciona, y puede tomar un
acontecimiento impredecible, relativamente trivial, que
podría parecer tener poco que ver con el asunto para
precipitar una expansión exponencial." (Tiffin y
Rajasingham, 1997)

Para que la virtualización de la educación
adquieran significatividad e implicación en el desarrollo
humano y social, mediante el uso de las tecnologías
del e-learning, se
debe "preparar el terreno y compartir con los profesores
involucrados en la virtualización de las aulas y con los
propios alumnos los siguientes aspectos:

  1. la manera en que la virtualización varia la
    propia concepción de la clase y el proceso educativo
    como tal, respondiendo a la pregunta de cómo queda
    modificada una clase por la incorporación
    virtual;
  2. la ubicación concreta de la actividad virtual
    y los usos principales del ordenador en tales situaciones,
    hechos que responderían a dudas relativas a las
    dimensiones sobre las que se deben confeccionar las actividades
    de aprendizaje;
  3. las diferentes representaciones que puede tener un
    aula virtualizada, contestando a la pregunta de qué
    formatos son "lícitos" o pueden establecer un aula
    virtual, y
  4. los elementos concretos que conformarán dicha
    clase virtual, que respondan a la pregunta concreta de
    qué puede haber dentro de un aula virtual."
    (Barberá, 2002)

Pero, como se organiza y se hace sinérgica la EV
para cumplir de un modo efectivo la interacción que nos
propone Tiffin y Rajasingham, en una sociedad de la
información, una red virtual para
estudiantes, profesores, conocimientos y ejemplos de los
problemas que se pueden resolver. Entienden, que la
educación no es simplemente una interacción
estudiante-profesor, hay una serie de aspectos convergentes y
fundamentales, las cuales amplían a partir de la Zona de
Desarrollo Próximo (ZDP) de Vygotsky, tenemos así
los "tres factores críticos en el proceso
educativo:

  • alguien en el papel de aprendiz,
  • alguien en el papel de profesor; y
  • algo que constituye un problema que el aprendiz esta
    tratando de solucionar con ayuda del profesor.

Por implicación hay un cuarto factor
–el
conocimiento necesario para solucionar el problema. Tiffin y
Rajasingham, sostienen "que la interacción de estos cuatro
factores –aprendiz, profesor, conocimiento y problema en un
contexto determinado- constituye el proceso fundamental de
comunicación que es la educación." (Tiffin y
Rajasingham, 1997)

LOS NIVELES
FRACTALES DE LA EDUCACIÓN

Esta expresado que la educación es un acto
comunicativo, que se construye y reconstruye en variadas
instancias y secuencias, y que ellas requieren de "por lo menos
cinco capacidades:

  1. Presuponer la
    participación-intervención del receptor, sabiendo
    que participar es mucho más que responder
    «sí» o no«» y mucho más
    que escoger una opción dada; participar es modificar, es
    interferir en el mensaje.
  2. Garantizar la bidireccionalidad de la emisión
    y recepción, sabiendo que la
    comunicación es producción conjunta de emisión y
    de la recepción; el emisor es receptor en potencia y
    el receptor es emisor en potencia; los dos polos codifican y
    decodifican.
  3. Poner a disposición múltiples redes articulatorias,
    sabiendo que no se propone un mensaje cerrado; muy al
    contrario, se ofrecen informaciones en redes de conexiones que
    permiten al receptor una amplia libertad de
    asociaciones y significaciones.
  4. Engendrar la cooperación, sabiendo que la
    comunicación y el conocimiento se construyen entre
    alumnos y profesor como cocreación.
  5. Suscitar la expresión y la
    confrontación de subjetividades, sabiendo que el habla
    libre y plural supone lidiar con las diferencias en la construcción de la tolerancia y de
    la democracia."
    (Silva, 2005)

En la era digital, la ordenación fractal de la EV
recoge estas consideraciones para armonizar un todo
orgánico, a partir de una estructura básica; en
donde cada dimensión es un complejo patrón de
interacciones, cuyas tramas guardan similitud entre sí; y
que se erige en bifurcaciones infinitas, a partir de su
fraccionamiento en estadios de expresión; como veremos a
continuación:

Figura 1. Organización fractal de la educación
virtual (niveles iterativos)

  • Nivel 1: Dimensión monódica o de
    la relación del individuo
    con el ordenador personal

La virtualidad es una propiedad que
ha devenido del proceso creador de la especie humana, que libera
a la educación de los límites
del espacio, eliminando las restricciones del tiempo; en tal
discurrir en la EV, se establece una relación
simbiótica entre el individuo, como aprendiz, con la
tecnología
telemática. La realidad virtual
posibilitará que el estudiante, analice "modelos desde
cualquier ángulo, desde perspectiva macro y micro, desde
dentro y desde fuera, en parte o en total." (Tiffin y
Rajasingham, 1997) Estas representaciones adquieren significativa
importancia para el aprendizaje
autónomo, puesto que "en el ordenador on-line la
actuación es participación colectiva e
interactiva." Silva, 2005).

En esta actividad mental, aparentemente, parece ser una
labor enteramente aislada, pero no es así, "el engranaje
de información procedente de los cuatro factores
fundamentales (de la educación) parecen tener lugar en las
redes de la mente." (Silva, 2005) En este proceso de
construcción del conocimiento se establece una red neuronal de
interrelaciones que desencadenan el saber, el hacer y el ser, es
decir, se ha concretado un acto educativo, que trataremos de
explicar: un número indeterminado (de 10 a 100 billones)
de nodos neurales que están conectados por sinapsis
electroquímicas; que al entrar en contacto con el
conocimiento, administrado tecnológicamente, vía un
ordenador, conectado o no a una red y/o red de redes, son
internalizados por el sujeto aprendiz, al que ha recurrido al
planteársele una situación problemática.
Parece faltar la figura del profesor, más no es
así, este papel es compartido por el aprendiz en
interactividad con el ordenador, quien hace de enseñante
de sí mismo, es él a su vez quien aprende y quien
controla la secuencia y dinámica de su aprendizaje, esto
muestra, que
en la EV, "somos conscientes del modo en que luchamos con los
problemas cuando lo intentamos resolver. En nuestras cabezas
puede tener lugar una conversación que es como un eco de
una conversación profesor-alumno sobre un problema."
(Silva, 2005)

En el «autoestudio dirigido y asistido», se
sugiere la imagen de un
estudiante esforzado que en interacción con su ordenador,
podrá enviar sus trabajos o consultas por correo
electrónico, buscar información en una biblioteca
digital o en una base de datos,
interactuar con la multimedia que
proporciona un CD Rom o
DVD en formato
vídeo o audio… En fin, estas ayudas constituyen
instrucciones inteligentes asistidas por ordenador, tal que
"puede asumir el papel de profesor automatizado o ser una fuente
de conocimientos y problemas." (Silva, 2005)

Cuando esta relación «con el yo»
resulte insatisfactoria, el siguiente nivel fractal de la
educación puede concurrir como viabilidad para el
desencadenamiento de los factores que hagan propicio la
construcción del conocimiento.

  • Nivel 2: Dimensión diádica o de
    la relación del aprendiz y el
    profesor

Cuando el estudiante tropieza con dificultades para un
aprendizaje autónomo en la EV, de la forma que explicamos,
y trata de resolver un problema y se encuentra con la
imposibilidad de solucionarlo, busca establecer "una
conexión diádica con otro nodo que contiene
conocimiento. Por otra parte, puede recurrir a un
compañero de clase o llamar a su profesor y pedirle ayuda.
Esta abriendo nuevamente una red diádica, pero esta vez
conecta con un nodo docente que también podría ser
una fuente de conocimiento." (Tiffin y Rajasingham,
1997)

Dentro de esta relación nódica, se
conjugan "una variedad de recursos disponibles para estudiar un
problema determinado. Con frecuencia, hay alguien que tiene
algún conocimiento del tema y alguien que se
revelará como profesor en relación al problema."
(Tiffin y Rajasingham, 1997) La tecnología
telemática en este proceso, anima a las personas a
utilizarla, puesto que contienen el potencial para desarrollar un
entorno instructivo, que satisfaga sus requerimientos de
conocimientos, a través de un diseño
instructivo asistida por ordenador; ya siguiendo, un conjunto de
instrucciones, un tablero o pizarra electrónica, un sistema de
proyección, navegando a través del hipertexto,
…, donde las aspectos ambientales cumplen un rol
conciliador. En dicha instrucción, "cada nodo de la red
representa una habilidad que es subsidiaria a la habilidad de
resolución del problema o requisito necesario." (Tiffin y
Rajasingham, 1997), pero será ese alguien quien partiendo
de la relación establecida ayudará a la
construcción del conocimiento "apoyándose en la
utilización de recursos potenciadores de la
expresión democrática entre alumno y profesor."
(Silva, 2005)

En suma, las habilidades transmitidas mediante esta
relación diádica "se pueden percibir a sí
misma como un proceso alternativo de habilidades analizadoras y
sintetizadoras a diferentes niveles fractales." (Tiffin y
Rajasingham, 1997) Estas se representan como un «mapa de
instrucción» donde se puede seleccionar el nodo de
habilidad deseado recibiendo sus instrucciones, las cuales
están estructuradas jerárquicamente, cuya
vía propuesta no es una secuencia lineal sino que depende
del usuario asignarle el recorrido más apropiado a sus
necesidades, motivaciones e intereses. Estas alternativas son
susceptibles de variados tratamientos, donde se puede ejercitar
un problema y solucionarlo sólo o con ayuda; o pedir
esclarecimientos a alguien (profesor, compañero
adelantado…) de los conocimientos a aplicar a las
contrariedades presentadas o pedir una demostración de
cómo se puede emplear los conocimientos en los problemas
analizados. En esta dinámica, puede que a pesar del
andamiaje de ayudas, éstas no bastan para afrontar
autónomamente una situación problemática,
entonces el aprendiz puede recurrir, cuantas veces lo desee, a un
profesor (o un programa de
«inteligencia
artificial» para un feedback sobre su progreso sobre
una habilidad determinada.

No siempre, esta relación «de tú y
él» resulta oportuna y apropiada o suele ser
distorsionada por otros factores impropios; dado que la
educación es comunicación, y esto hace que se
expresen en diferentes dimensiones fractales, pero siempre con la
concurrencia de los cuatro factores críticos del hecho
educativo. Quedara, entonces, la búsqueda del otro nivel
fractal donde se verifique que los ejes aprendiz-profesor y
conocimiento-problema se comprendan e interactúan en
conexión nódica.

  • Nivel 3: Dimensión aúlica o de la
    relación de la clase en sí

El estudiante esta presente en todos los sistemas
educativos, tal vez más visiblemente en el escenario aula,
donde la comunicación se supone directa e involucra
situaciones más intensamente vivenciales en los procesos
de enseñanza y aprendizaje. Esto, en un
entorno presencial, pero cómo funciona en la realidad de
la EV, donde los usuarios están en permanente contacto con
la tecnología, ordenador portátil, móvil,
palmtop…, para esto, se requiere que "el profesor
también pueda abrirse a la cultura
comunicacional emergente y modificar el ambiente de
aprendizaje de su aula y educar así de acuerdo a las
características de nuestro tiempo." (Silva, 2005)
Asumiendo, en la parte que le corresponde, el diseño, la
planificación, el desarrollo y la evaluación
de estas tecnologías convergentes, entendiendo que el aula
es una red, que refleja de lo que acontece en la
sociedad-red,

En el ambiente de la relación de la clase en
sí, aparecen muchos nodos de conocimiento, que provienen
del ambiente externo o de lo que genera la interacción en
el aula. Las interacciones así construidas sobre estas
redes
neuronales y contextuales, pueden proporcionar la posibilidad
de cambiar de un nivel fractal a otro, cuando la red de grupo no
es contributiva.

La sociedad de la información, deja abierta la
posibilidad de una aula extramuros, ambiente propicio para la EV,
donde el profesor irradia la comunicación para un
intercambio diádico en red estrella, donde ambos son
conscientes de que su diálogo es
fructífero para el resto. La realidad virtual permite su
implementación a través de toda una serie de
recursos telemáticos, foros, chats, MODs, …, que
"el profesor tiene esto en cuenta, en la espera de que dicha
interacción con un alumno tenga un efecto indirecto sobre
los otros." ((Tiffin y Rajasingham, 1997). En esencia, el proceso
educativo, así diseñado, hace que el profesor ayude
al alumno a aplicar el conocimiento a la resolución del
problema, tomando como plataforma de interactividad del aula con
sus alumnos, sus recursos y el docente. Que, en el campo virtual,
ya en sincronía o asíncrona, se traduce en "un
modelo
en el que varios centros de teleconferencia se unen en una red
para un curso de estudio organizado." (Tiffin y Rajasingham,
1997). Así, mediante la figura de un moderador o profesor,
o varios a la vez, pero coordinados, cada alumno, en su propio
dominio
fractal de la educación, encauzara su aprendizaje,
asumiendo, si se precisa, de una parte diferente del problema
para luego sintetizar los resultados, cambiando de redes, de una
macro a micro o viceversa. El conocimiento así elaborado,
es un producto compartido que transita por varios niveles
fractales de la red en curso.

Dentro de este tipo de aulas, las clases se flexibilizan
"los alumnos pueden estudiar de forma autónoma, puede
hacerlo con un profesor virtual, en parejas o en pequeños
grupos. Los
profesores pueden reunirse con ellos en telepresencia para
enseñanza individual, o profesores y alumnos pueden
reunirse en grupo en una clase virtual. (Tiffin y Rajasingham,
1997). Pero, todo ello, en aras de contenidos organizados y
establecidos previamente, que desencadenaran en una
evaluación de logros, que los acredite o certifique, que
como veremos requiere de una instancia superior, un siguiente
nivel de confirmación, la escuela o
institución.

En esta concurrencia de hechos, todo se compatibiliza,
los factores críticos del proceso educativo con los
niveles fractales de organización de la educación,
al punto, que se puede engranar éstos con la multiplicidad
de comunidades y culturas, tan distantes o tan cerca, que nos
resultan desconocidas. El hilo conductor, lo constituye el
interés
común por aprender como aplicar conocimiento a un
ámbito problemático en concreto, al
que se aproximan desde diferentes perspectivas a un nivel de
complejidad creciente. Sin duda, esto demanda un
nivel fractal de agrupamiento, que sistematice todo ese saber y
lo devuelva, en función a las demandas
consentidas

  • Nivel 4: Dimensión escolar o de la
    relación institucional

Usamos el término escuela, por extensión,
para referirnos a todo tipo de instituciones
educativas (colegio, instituto, universidad,
escuela de postgrado…), donde la clase en sí o el
aula, es un nodo de procesamiento de la red. Este encadenamiento
es mayor, a su vez, parte de un sistema
educativo más amplio, regional o nacional, donde se
norman graduaciones en los procesos implicados, así,
tiempo para los ciclos de aprendizaje, estructura de las aulas,

Este sistema organizativo es de control del
funcionamiento de las relaciones de enseñanza y
aprendizaje de acuerdo a los requerimientos de sociedad y la
economía,
con injerencia en el diseño y planificación de la
instrucción y, que para muchos alumnos que transitan por
este sistema son un tedioso tiempo de espera impuesto, y que
la EV podría ayudar a superarlo, dejando "que el aprendiz
decida lo que quiere estudiar, cuándo y cómo.
Permite que el aprendiz vaya a buscar el aprendizaje que para
él tiene sentido. Motiva al aprendiz a esforzarse por
aprender." (Tiffin y Rajasingham, 1997)

Las clases virtuales dan lugar a «comunidades
virtuales de aprendizaje» y son estas instancias, algo
más complejas, las que proporcionan servicios,
bibliotecas y
administración de apoyo para concretar las
previsiones educativas. En este discurrir progresivo, han surgido
diversas experiencias institucionales de EV, tales como las
Universidades Virtuales, Abiertas o a Distancia o programas
combinados con la presencialidad (blended learning), no
sólo en la educación
terciaria, sino en niveles menores, telesecundaria en
México,
Programa Huascarán en Perú…

La versatilidad institucional hará factible
discurrir apropiadamente por este nivel donde son necesarios "los
apoyos externos con los que cuenta el ser humano para provocar
cambios en su mente. Es por ello que todos aquellos objetos que
nos sirven para ordenar y reponer externamente la
información se considera instrumentos psicológicos.
En la medida que nos permiten amplificar y extender las funciones
intelectuales
del ser humano, su consideración está más
cerca de la condición de ‘herramienta
cognitiva’." (Ortega, 2004)

En la relación didáctica, por lo general, los niveles de
la clase virtual operan sincrónicamente, a diferencia de
este nivel, el aprendiz interactúa asincrónicamente
con la institución. "El aprendiz es un nodo en la red de
instituciones virtuales. Las instituciones también
tendrán una red interna en la que los nodos sean la
teleadministración, los servicios de teleapoyo, la
telebiblioteca y sus departamentos académicos. Cada uno de
dichos departamentos, a su vez, tienen su propia jerarquía
de niveles fractales. Se puede concebir la telebiblioteca como
una red de colecciones, se puede pensar en una colección
como una red de libros, un
libro como una
red de capítulos, un capítulo como una red de
párrafos, y así sucesivamente." (Tiffin y
Rajasingham, 1997) Sirva este ejemplo, para dejar patentizado, la
naturaleza
fractal de la organización educativa, la
institución educativa es un red de interacciones
profesores-estudiantes en las aulas, las aulas son interacciones
de estudiantes y profesor en las clases, una clase implica una
interacción profesor-estudiante, un estudiante puede
interactuar consigo mismo; en todas las interrelaciones
interactúan los factores fundamentales del proceso
educativo: aprendiz-profesor-problema-conocimiento, en una
dinámica de comunicación envolvente con
propósito definido.

  • Nivel 5: Dimensión comunitaria o de las
    relaciones culturales

Las experiencias educativas se construyen en "una
especie de redes de información a niveles que pueden
variar desde la red neurológica del cerebro humano
hasta la red de telecomunicaciones de la aldea global." (Tiffin y
Rajasingham, 1997)

En esta eclosión tecnológica de la
telemática, las fronteras se superponen y dan lugar a
situaciones de globalización en todos los órdenes
del acontecer humano y social, a la que la educación no se
substrae, muy por el contrario, responde de modo imperativo, para
"apropiarse" de este paradigma dominante, que puede contribuir a
la desregularización de la educación, cambiando la
forma en la que la conocemos.

La dimensión de las interacciones culturales va
mas allá de la institución educativa, se inscribe
en una lógica
de relación mundial, donde el conocimiento se construye y
reconstruye, desde "la experiencia personal que,
amplificada por la información, se transforma en
comprensión por medio de la construcción del
conocimiento, donde la comprensión se interpreta como
conocer que se orienta a una acción
de importancia personal y social y al enriquecimiento continuo
del marco de referencia dentro del cual se interpretará la
experiencia futura. Naturalmente, esta experiencia ofrece
entonces el punto de partida de un nuevo ciclo de manera que,
desde la perspectiva de la trayectoria evolutiva de un individuo
o de una comunidad, una
espiral seria una metáfora mas adecuada. Creo que la
comprensión, vista desde esta perspectiva –como un
medio para transformar continuamente tanto al individuo como al
entorno social-, debería ser la meta de toda
actividad educativa." (Well, 2001)

El entorno actual, caracterizado por las utopías
realizables, retoma provocadoramente, a la educación como
entramado de la política
económica, en su concepción rentista "impulsada
por motivos de ganancias, sujeta a la competición de un
mercado abierto y
pagada por un usuario exigente,…" (Tiffin y Rajasingham,
1997) frente a concepción de la educación "como
mezcla de política
social y cultural, interesada por la igualdad de
oportunidades y la conservación de la cultura nacional y
del modo de vida local." (Tiffin y Rajasingham, 1997)

Ante esta dicotomía, de consistentes posiciones,
es menester, canalizarlas hacia la complementación, para
hacer de la educación un generador de habilidades
internacionalmente competitivas (sociales, culturales,
laborales…), no contra los otros sino con ellos, en
sinergia
permanente, donde el uso de la red de redes, Internet, potenciara la
educabilidad a partir de la sociabilización con su medio y
con el mundo, dado que es "un medio esencial de
comunicación y organización en todos los
ámbitos de la actividad, es obvio que los movimientos
sociales y los agentes políticos lo utilizan y lo
utilizarán cada vez más, transformándolo en
una herramienta privilegiada para actuar, informar, reclutar,
organizar, dominar y contradominar. El ciberespacio se esta
convirtiendo en un terreno disputado." (Castells,
2001)

En consecuencia, preparar a las personas para su
desempeño en la sociedad-red es crear un
sistema efectivo de comunicación educativa, basada en una
dinámica fractal, que permita simultáneamente
traslapar cada nivel, a conveniencia propia del aprendiz y no
regulada por instancia alguna. Así, la educación
habrá alcanzado contundencia congruente, dando "sentido a
la actividad educativa realizada en la red y estableciendo el
campo de abono para hacer fructíferos los resultados que
de ella se desprendan." (Barberá, 2002)

Al concluir, dejamos latente nuestras incertidumbres y
pretensiones frente al universo de lo
virtual. Incumbe una intensa reflexión dialéctica
sobre si las tecnologías virtuales nos ayudaran a cambiar
el espectro de crisis que
vive la educación, es más, si el enfoque fractal
propuesto, explica lo que sucede en la dinámica de los
procesos de enseñanza y aprendizaje, o es otro anhelo que
queda en el recuerdo de lo posible.

BIBLIOGRAFÍA

  • BARBERÁ, Elena (2002): La educación en
    la red. Actividades virtuales de enseñanza y
    aprendizaje. Ediciones Paidós. Barcelona-España.
  • CASTELLS, Manuel (2001): La Galaxia Internet. Plaza
    & Janés Editores S.A.
    Barcelona-España.
  • GARRISON, D.R. y T. ANDERSON (2005): El e-learning en
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    Ediciones Octaedro. Barcelona-España.
  • GIMENO SACRISTÁN, José (2001): Educar y
    convivir en la cultura global. Las exigencias de la ciudadanía. Ediciones Morata, S.L.
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  • LEVY, Pierre (1998): ¿Qué es lo
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    Barcelona-España.
  • MERCER, Neil (2000): Palabras y Mentes. Cómo
    usamos el lenguaje
    para pensar juntos. Ediciones Paidós.
    Barcelona-España.
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    hipermedia y aprendizaje. Construcción de espacios
    interactivo. Publicaciones Universidad Pontificia de Salamanca.
    Salamanca-España.
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    2001. http://espectador.com/text/ent05172.html
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    Enseñanza y aprendizaje presencial y on-line. Editorial
    Gedisa. Barcelona-España.
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    la clase virtual. La educación en la sociedad de la
    información. Ediciones Paidós Ibérica,
    S.A. Barcelona-Madrid.
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    fractales. Convierta los números en una realidad
    fractal. Ediciones Anaya Multimedia, S.A.
    Madrid-España.
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    dialógica. Hacia una teoría y una práctica
    socioculturales de la educación. Ediciones Paidós
    Ibérica, S.A. Barcelona-España.
  • WIKIPEDIA (2006): http://es.wikipedia.org/wiki/Fractal

 

Osbaldo Washington Turpo Gebera

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